miércoles, 28 de abril de 2010

Sigamos Jugando


Actualmente asistimos a una creciente mercantilización de los bienes y servicios, donde los niños son vistos como “pequeños consumidores”.
 

Los juguetes impiden que el niño sea creador, ya que poseen una sola manera de ser utilizados, como es el caso de los videojuegos.
 

Los niños dejaron de ser “inventores creativos”, para ser dueños, poseedores de estos bienes, que son exhibidos como medio de ostentación.

También se asiste a una cultura del descarte, donde todo es cambiado al instante y reemplazado por algo nuevo. Todo tiene que ser rápido, fugaz, no hay tiempo para esperar.

Los niños cuyas familias cuentan con poder adquisitivo, se encuentran recargados de actividades extracurriculares (computación, idioma, deportes, etc.), donde se les impide tener un tiempo para el ocio, para poder jugar; son tratados como adultos en pequeño, recargándoles sus agendas para que no se aburran, restringiéndoles así, un lugar para ser niños.
 

Así mismo, nos encontramos con la “otra cara de la moneda”, con los “niños de la calle”, que deben salir a trabajar o mendigar, perdiéndose así su niñez, y por supuesto el derecho de jugar.

Es importante que tratemos de generar momentos de juego, ya sea como profesionales, docentes o padres, porque jugar es una experiencia creadora, donde el niño puede utilizar fenómenos de la realidad exterior, al servicio de su realidad interna, otorgándoles significación, de acuerdo a sus sueños y fantasías.
 

El juego contribuye a consolidar conductas ya adquiridas y junto con la imitación, crea las bases necesarias para todo proceso de aprendizaje; ya que a partir del juego, se logra interiorizar el mundo externo. En el jugar no hay riesgo, todo se construye en el marco de un “como si”, donde como en el teatro, se representa un papel, es decir, se hace de otro, lo que impide que se afecte la seguridad personal.
 

Es en ésta escenificación, donde entra el psicopedagogo, no como alguien externo que observa lo que acontece, sino como otro jugador.
 

Como plantea Winnicott "dentro de la clínica se da la superposición de dos zonas de juego: la del paciente y la del terapeuta; cuando el paciente no sabe jugar, es necesario ayudarlo, para que pueda mostrarse como creador".

domingo, 25 de abril de 2010

Orientación Ocupacional



La Orientación Ocupacional es un proceso de descubrimiento y análisis de la personalidad, y de la identidad laboral.


Esta puede ser una actividad ideal para un Psicopedagogo, ya que lo que se busca es poder acercar a la persona (que se encuentra en un momento de incertidumbre, insatisfacción o cambio) a desentrañar su vínculo con el aprendizaje.

Porque el trabajo, como toda actividad requiere de un aprendizaje y es natural que surjan dificultades u obstáculos que interfieren en su desarrollo.

Las dificultades suelen nacer de la incompatibilidad entre el deseo de la persona y lo que realmente puede y debe hacer. Obviamente en todo este conflicto influye el contexto en el cuál esta inserto.


Se trata de que el sujeto pueda tomar conciencia de cuáles son sus fortalezas y debilidades, y de que desafíos esta dispuesto a afrontar, y cuáles son las verdaderas oportunidades que le ofrece la realidad circundante.

Junto a la ayuda del Profesional, puede analizar en qué áreas se sentiría más cómodo para desenvolverse y en cuáles serían más útiles sus conocimientos, habilidades y aptitudes.


Es importante, tener en cuenta que a la hora de formar nuestra Identidad Laboral influye: nuestra historia de vida con todas las elecciones que fuimos realizando, nuestro estilo de aprendizaje, nuestra manera de vincularnos con los demás, nuestro bagaje de conocimientos y experiencias previas, los valores que nos transmitieron en el seno de nuestra familia y especialmente la connotación que le damos a la palabra “éxito” y a la palabra “fracaso”.


No todos estamos preparados para afrontar todo tipo de trabajo, ya que cada uno a partir de lo nombrado anteriormente, vamos forjando una Identidad Laboral, totalmente individual y única. Entonces es necesario, que cada persona conozca sus limitaciones y sus puntos fuertes, para que puedan tomar decisiones basadas en lo que es realmente satisfactorio para ellos, o que por lo menos tengan conciencia, que esa labor, si bien no es su principal opción, puede ser un paso más, en el arduo camino hacia la realización profesional.

domingo, 18 de abril de 2010

Cazando Talento



Hoy en el suplemento iECO del Diario Clarín, salió una nota interesante llamada “Talento es lo que sobra” de Roberto Vola-Luhrs, que trata sobre si es posible detectar en los procesos de selección el talento que tiene una persona. El artículo plantea que “la amalgama entre individuo y empresa es lo que lo permite surgir”. También se habla en un apartado, del clásico dilema de si se nace o se hace el talento.

Yo creo que hay personas que tal vez nazcan con una predisposición a desarrollar talento en cierta área, me viene a la mente el caso de deportistas exitosos, que se destacan por encima de otros, pero también es verdad, que si ellos nunca hubieran tenido la posibilidad de acercarse a la practica de su deporte, este talento no se hubiera desarrollado.

A mi entender el talento sería producto de una conjunción entre lo innato o estructural que trae uno, las oportunidades que nos dio el ambiente y luego de más adulto, de las decisiones y elecciones que tomamos, que nos permiten seguir confrontando diferentes experiencias o quedarnos establecidos en ciertos ámbitos.

Me parece muy buena la frase de George Eliot, con la que cierra el apartado en el artículo: “Nunca es muy tarde para ser lo que podrías haber sido”.

Como dice esta frase, nunca es tarde para lograr a través del esfuerzo y la perseverancia, comenzar a forjarse un camino y a desarrollar nuestro talento que estaba dormido en nuestro interior. Puede ser un camino más arduo, pero podría aventurarme a decir, que un selector que se encuentra con una persona así, debería tenerlo en cuenta.

Otro punto interesante del artículo es cuando desarrolla que “si bien no se puede identificar claramente durante el proceso de selección el talento, si se puede a partir del análisis del perfil deducir cuál sería el hábitat más factible en donde podría aflorar”.

Como Lic. en Psicopedagogía, a lo que más le prestaría atención, es a la compatibilidad entre el perfil del candidato y las oportunidades que puede ofrecerle el puesto y la empresa en general. Porque es en esta intersección dónde juega un papel importante el estilo de aprendizaje de la persona y las posibilidades de enseñar que otorga la empresa. Cuantas veces, hay candidatos que son “desechados” porque les falta tal o cual conocimiento, que si se tuviera en cuenta su estilo de aprendizaje, las habilidades y aptitudes, se percatarían que sería muy rápido capacitarlo y ponerlo en condiciones para cumplir con todos los objetivos y obligaciones que ese puesto requiere.

También es importante que las personas que ingresan a un trabajo, se replanteen si realmente eso es lo que buscan, porque muchas veces frente a un fracaso, piensan que no poseen talento, y es que no eligieron el espacio correcto para poder desarrollarlo.
Todos tenemos talentos, pero estos no son aplicables a todas las circunstancias, o digamos mejor, que tienen más valor o utilidad cuando los aplicamos en el lugar indicado.

El artículo cierra con un ejemplo destacable: “Saliere, un músico contemporáneo a Mozart, jamás le tuvo envidia al prodigioso compositor, sino al padre, ya que fue el descubridor, que le había enseñado todo”.

Sería entonces valioso prestar mucha atención al seleccionar candidatos, porque podríamos estar cumpliendo el papel del padre de Mozart sin darnos cuenta; pero para esto es necesario, no olvidar que para que afloren los talentos se requiere de tiempo y del escenario indicado, porque sino pueden escapársenos.

miércoles, 14 de abril de 2010

Hacer no solo Ser


Es muy común hoy en día encontrarnos con jóvenes que han pasado por muchas carreras, sin encontrar una que verdaderamente los enganche para poder finalizarla.

La mayoría de estos jóvenes se sienten frustrados, y algunos hasta llegan a pensar que no están capacitados para el estudio.

A partir de esto me viene a la memoria, la clásica pregunta, que seguramente todos escuchamos de chicos: “¿Qué querés ser cuando seas grande?”

Pero pensando en “ese ser”, nos olvidamos que va acompañado de “un hacer”.

Realizando un Curso de Formación en Orientación Vocacional, la profesora nos daba el ejemplo, de los chicos que querían cursar la carrera de Biólogos Marinos, porque les encantaban los animales de ese tipo de hábitat y porque habían visto fascinados, a los entrenadores estar en contacto con ellos en los diferentes acuarios a los que habían concurrido. Pero la realidad, es que en la carrera de biólogo las principales materias son física, química, y las diferentes ciencias duras, que no todos tendrían el agrado de cursar; y también la actividad del biólogo no es nadar con orcas, sino que su día de trabajo puede ser estar en tierra observando el comportamiento de las especies por horas, lo que requiere mucha paciencia y dedicación.

Así, es como vemos adolescentes, que se embarcan felices en una carrera de la cual tienen una visión deformada sobre cuáles van a ser sus funciones en el futuro o así mismo de lo que se van a encontrar en esos largos años de cursada, y cuando nada se parece a lo que imaginaron comienzan las dificultades y el posterior abandono.

Sería importante preguntarles: ¿Qué estás dispuesto hacer?” o hurgar más en la pregunta ¿Qué querés ser?, es decir, pedirles que nos expliquen qué es para él “ser tal profesional” en un futuro, o cómo piensa que va a ser el camino para conseguirlo. Así vamos a poder ayudarlos a confrontar lo que ellos piensan, con lo que en realidad se van a encontrar.

La elección va a ser de ellos obviamente, pero al menos van a tener en claro que opciones les plantea esa carrera, ya sea a nivel cursada (con qué materias se va a encontrar, con qué tipo de prácticas, cuál es el ambiente, en dónde se puede realizarla), cómo cuando esté recibido (en cuáles ámbitos va a poder desenvolverse, si hay amplia demanda de profesionales de ese rubro, etc.).

Otra variable a tener en cuenta, y que no debe ser olvidada, es el “Tener”, esta siempre va a estar en relación con ese “Hacer” y “Ser”, cuántas veces no se eligen carreras, porque ya se supone que con ellas no se va a TENER… éxito, fama, dinero, lujos o cualquier otro objeto de deseo; también muchos eligen carreras por obtener estas cosas y terminan dándose cuenta que es demasiado sacrificio, porque realmente no les gusta.

Y es importante mostrarles que el haberse equivocado, no es algo irreparable, es un paso más en el proceso de aprendizaje, en esta construcción de la vocación. En todos los aspectos de la vida, nos encontramos con dudas o dificultades a resolver y nadie tiene las respuestas correctas para todo, pero en el tema de estudios, nunca es tarde para volver a empezar, y hoy en día hay muchas ofertas de cursos o especializaciones que pueden permitirnos cambiar de área, sin la necesidad de empezar desde cero.

lunes, 12 de abril de 2010

Los Jóvenes y la falta de Oportunidades



Leyendo en Internet me encontré con esta nota del Diario Clarín del 13 de marzo de 2010:

Jóvenes, educados y sin empleo.

Por: Jean Maninat
Fuente: DIRECTOR REGIONAL DE LA OIT PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE

“Hay 7 millones de jóvenes entre 15 y 24 años que no logran ocuparse en los mercados laborales de América Latina. Entre quienes no consiguen trabajo cunde el desaliento, y aquellos que sí cuentan con un empleo, en general lo ejercen en condiciones de informalidad, sin protección ni perspectivas.

Estamos ante una paradoja: estos jóvenes forman parte de la generación más educada que hayamos tenido, un buen porcentaje de ellos ha ido a la universidad y tienen lógicas expectativas sobre su futuro en el mundo del trabajo.

El empleo de los jóvenes es un desafío político, porque cuando esas expectativas se traducen en desaliento y frustración, se hace más difícil la estabilidad de nuestras sociedades. Imaginemos un joven que vota en situación de desempleado y que años después sigue aún sin conseguir trabajo. ¿Cómo afecta esto su vinculación con la democracia?

Por si fuera poco, los jóvenes han sido el grupo más golpeado por la crisis del empleo del año pasado. Indicadores recopilados por la OIT revelan que en 2009 su tasa de desempleo aumentó más que la de los adultos, mientras disminuyó su participación en los mercados laborales, lo que se atribuye en gran parte al desaliento. Se estima que más de 600.000 jóvenes engrosaron las filas del desempleo a causa de la crisis.

En América Latina y el Caribe hay 104 millones de jóvenes que enfrentan el siguiente panorama: 34% sólo estudia; 33% sólo trabaja; 13% estudia y trabaja y 20%, no estudia ni trabaja. Se sabe que la tasa de desempleo de los jóvenes duplica la tasa general y triplica la de los adultos, una realidad global que trasciende el espacio latinoamericano.

Es práctica habitual que sean los primeros en perder su empleo en tiempos de crisis, y los últimos en volver a trabajar cuando llega la recuperación. Sin contar que son considerados mano de obra barata, y esto suele sumirlos en condiciones laborales precarias.

Por todo esto urge colocar los planes de promoción del trabajo decente para los jóvenes como parte integral de las políticas públicas.”



Esta nota, me llega muy de cerca, soy parte del grupo de jóvenes, que tenemos alrededor de 26 años, y que nos hemos dedicado a terminar nuestra carrera, con la ilusión que al tener el título en mano, nos fuera más fácil acceder al mundo del trabajo.

Pero en lugar de eso, nos topamos con una realidad, que nos desmoraliza y nos frustra día a día. Por mi parte no tengo exigencias de sueldos altos, sino tan sólo busco acceder al sistema, pero cada vez encuentro más avisos que me excluyen, no sólo se buscan jóvenes de 20 a 23 años, sino que también se pide que tengan más de dos años de experiencia, que residan en una determinada zona y para peor últimamente muchos aparecen con leyendas como: sexo masculino excluyente.

Es deprimente, no sólo no tener trabajo, sino él ni siquiera llegar a una entrevista, porque ya el aviso, te está indicando que no sos lo que buscan.

Mi pregunta es: ¿Cómo voy a tener experiencia, si no me dan la oportunidad de empezar a obtenerla?

Sería interesante que tuvieran en cuenta, las ganas que uno demuestra por ingresar, por aprender, por superarse y por aplicar todos esos conocimientos que obtuvimos en la Universidad y que seguimos adquiriendo en los diferentes Posgrados, Especializaciones y Cursos, que hacemos para seguir creciendo en nuestra profesión y con la esperanza de que suene por fin nuestro teléfono o entre un e-mail en nuestra casilla dándonos la buena noticia, de que somos requeridos para el puesto que nos postulamos.

S.O.S. Burocracia


Hoy fui por segundo año a anotarme en el listado oficial en el Consejo Escolar de mi distrito, y como siempre me encontré con dificultades, resulta que hoy me enteré que para ellos mi título de Licenciada en Psicopedagogía, tiene menos valor que mi título intermedio de Psicopedagoga. Es decir, el intermedio me habilita a estar inscripta en el Listado Oficial, pero la Licenciatura no.

A partir de esto comencé a pensar, en todo el contenido novedoso, importante, útil e interesante, que me aportaron las materias que tuve que realizar para obtener la Licenciatura, y que a mi entender, fueron más valiosas, que lo visto en todos los primeros años de carrera, y no podía entender como me decían que no habilitaba para nada.

Puedo llegar a entender, que pidan a un Licenciado realizar años de Capacitación Docente, para poder estar al frente de una clase en un secundario, pero en el caso mío lo único que pido, es ingresar al sistema para ejercer la profesión, para la cual me preparé 5 años y medio, y para eso, que mejor que tener el reconocimiento de una Licenciatura.

Otra cosa que pensaba, mientras volvía a los saltos en el colectivo, es si hay alguien encargado de analizar los planes de estudio de cada carrera, debería haber visto, que muchas de las materias que son puestas en los cursos de capacitación docente, están incluidas en el plan de estudios de la carrera de Psicopedagogía; lo que sí reconozco que nos faltaría serían las prácticas docentes. Pero acá también viene otro detalle, cuando uno averigua para realizar las capacitaciones, en la mayoría de los lugares para poder anotarse, hay que estar trabajando en las escuelas, lo loco que para poder trabajar en las escuelas se necesita tener buen puntaje (que lo otorgan las capacitaciones) y primeramente para tomar cargos tienen que permitirte estar en el listado.

Estoy de acuerdo que si queremos mejorar la educación, es importante que todo el cuerpo docente y no docente, esté capacitado para realizar de la mejor manera su trabajo, pero estas trabas lo único que generan es malestar, no resuelven nada y transforman el acceso al trabajo en el Estado, en un gran círculo vicioso.

Otro tema, es todas las vueltas que hay que dar, todos los años hay que volver a realizar lo mismo, para que los listados vuelvan a salir con errores u omisiones; estando en la era digital, ¿¿¿Por qué no está cargado todo por internet, o al menos que existan las dos modalidades de inscripción??? Y ni hablar cuando se exhiben los listados, en grandes planillas, con letra chica, donde hay que turnarse para verlo.

¡¡¡Igual doy gracias de haber tramitado mi título intermedio, porque así puedo seguir en esta lucha de tratar de conseguir un cargo en el estado!!!

sábado, 10 de abril de 2010

Mundial y Educación


Hoy me encontré, con la siguiente noticia:

"EL MUNDIAL DE FÚTBOL SE VERÁ EN LAS ESCUELAS. EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN PREPARARÁ CONTENIDOS ESPECÍFICOS”
FUENTE: Periodismo.com

“El Ministerio de Educación de la Nación dispuso que los partidos que juegue la selección argentina durante el Mundial de Fútbol de Sudáfrica sean vistos en las escuelas, buscando integrar la actividad lúdica con el programa de clases. El titular de la cartera, Alberto Sileoni, salió a hacerle frente a algunas voces en contra asegurando que este tipo de críticas "no tienen sentido".

"Para los argentinos es un momento muy significativo y debemos como Estado usar esa carga simbólica en pos del aprendizaje", aseguró el ministro. Explicó así que Educación prepara un cuadernillo con material didáctico para que maestros y profesores trabajen antes y después del partido”.

“El Mundial de Fútbol se desarrollará entre el 11 de junio y el 11 de julio en Sudáfrica. Precisamente, ese país será uno de los ejes del material educativo. "Es un lugar central en la lucha por los derechos humanos - destacó el ministro - los sudafricanos superaron el apartheid y tuvieron un presidente tan emblemático como Nelson Mandela. Ambos hechos son fundamentales para el conocimiento de la historia reciente y los chicos deben sin duda trabajarlos en la escuela".

“Según el titular del área, en Argentina "el Mundial de Fútbol es un hecho cultural muy importante; negarlo sería negar una realidad". Así también, frente a algunas críticas por la decisión adoptada, Sileoni avanzó en el tema: "Ver el partido en la escuela significa dos horas de clases menos, pero no ir a la escuela es perder seis horas"”.



Una cosa, es querer evitar que los chicos falten los días que Argentina juega el mundial, y otra es disfrazar al mundial de fútbol como algo que posee un efecto pedagógico.

Me parece algo risueño, que se necesite ver un partido de fútbol, para que en la escuela puedan tratarse temas como discriminación, hoy en día, debería ser un tema fijo, cotidiano, no algo para una situación especial.

También escudarse bajo la idea de que el mundial, se vive como un hecho de patriotismo puro, es darle poca importancia, a lo que ese sentimiento realmente vale. Uno no deja, de ser más o menos argentino, por estar frente a un televisor viendo como se define un partido.

Si bien, es verdad, que el fútbol, es un referente de nuestra cultura, yo creo que si se le diera el mismo apoyo y seguimiento a otros deportes estos tendrían igual o mayor relevancia que este. ¿Entonces qué: se perderían horas, por cada mundial de cada disciplina?

A parte, ¿Está previsto el hecho de que haya chicos que no les interese verlo?

Sería bueno, que de tratarse realmente contenidos referentes a los países participantes, esto no quedara en algo suelto y descolgado, agregado al currículum porque el ministerio lo dicta, sino que se lo integrara con temas ya vistos y se lo explayara más allá de un cuadernillo hecho en colaboración con la A.F.A.

Igual, en este país, en dónde nunca pueden cumplirse los días estipulados de clases, que se sigan perdiendo horas, porque un mundial de fútbol, es por demás importante, es preocupante.

miércoles, 7 de abril de 2010

Psicopedagogía y Deporte

Toda mi vida fui deportista, y me encontré con dificultades a superar, algunas logré sortearlas, pero otras me acompañaron durante todos los años que practiqué deporte a nivel competitivo, generándome algunas frustraciones.

Si bien se de la existencia de gente que trabaja desde la Psicopedagogía en Instituciones Deportivas, no es algo común, ni de fácil acceso.
Hoy leyendo páginas en internet, me tope con el siguiente artículo, del cual extraje algunos párrafos interesantes.
Se trata de una investigación a cargo de Marilin Contreras, Mariel Molina y Agostina Petracci, del Instituto Superior Juan XXIII de Bahía Blanca, donde se busca establecer una relación entre Psicopedagogía y Deporte, para generar nuevos ámbitos de desarrollo de los profesionales y para promover la integración de personas con capacidades diferentes.


“El deporte se volvió un gran negocio, y los que participan en él también, por eso no es extraño ver que el aumento del nivel de competitividad se encuentra en todas las edades. Según Gerardo Pagotto esa competitividad está fomentada y sostenida por el entorno familiar que la promueve. Por esta razón es muy difícil trabajar con niños y
adolescentes. Según el profesor es necesario revalorizar el aspecto educativo del deporte, para que pueda ser aprendido en todos los aspectos que lo conforman”...


Esto es una realidad, hoy en día muchos chicos son llevados a practicar deportes, especialmente fútbol y tenis, donde los que logran alcanzar un nivel de excelencia, obtienen contratos importantes con cifras abultadas. El chico deja de jugar a la pelota, porque se divierte, el deporte pasa a ser un pasaporte para él y su familia hacia la abundancia. Así vemos torneos de fútbol, donde los padres se pelean entre ellos, le gritan a técnicos y árbitros, e incluso a sus propios hijos por no rendir como ellos esperan.

“Uranga propone, desde el Club Dr. Sixto Laspiur, un proyecto basado en cuatro etapas. La primera de ellas hace referencia a la práctica deportiva, inserción de los niños en el mundo del fútbol. La segunda responde a un fin educativo, promueve el apoyo escolar, la enseñanza de inglés e informática. La tercera etapa pretende educar a los adolescentes en un oficio que les permita la inserción en el mundo laboral y llevar una vida digna. Por último, procura formar cooperativas de trabajo con aquellos jóvenes que logren aprender un oficio. Las dos últimas etapas no han podido ser llevadas a cabo aún debido a la falta de fondos. Este proyecto encuentra fundamento en la función formativa del deporte”...

Este proyecto, es un muy buen ejemplo, de todo lo que se podría hacer por los deportistas a “nivel persona”.
En otros países más desarrollados que el nuestro, los deportistas tienen sueldos mensuales, que les otorgan los clubes o entidades gubernamentales, que les permiten dedicarse exclusivamente al deporte; pero en nuestro país, además de entrenar, es necesario que se aliente a estudiar a los jóvenes deportistas o a buscar trabajo, ya que muy pocos consiguen vivir de su actividad deportiva, o esta posibilidad no es de por vida.
A nivel personal, puedo decir, que siempre busqué organizarme, para poder cumplir con el deporte y terminar mi carrera universitaria, pero tal vez, lo que se nos escapa a los deportistas, es que en la actualidad lo que se valora es la experiencia, y por conservarnos en el ámbito deportivo, solemos dejar de lado, oportunidades laborales, que a futuro podrían servirnos para obtener más fácilmente un trabajo estable.


“Las organizaciones deportivas deberían inspirar en sus miembros pautas de convivencias, buenas costumbres, formación de carácter, disciplina, aptitudes y actitudes, autocontrol, autonomía, respeto por sí mismos y por los demás, entre otras. De esta manera el sujeto tendría mayores herramientas para la toma de decisiones significativas dentro de los distintos ámbitos de su vida, en otras palabras, para poder ser y poder hacer”...

Hoy en día muchos valores que antes veía en los clubes, se han perdido, las familias participan poco, y no hay esa unión que antes reinaba. Los clubes solo pasan a ser un lugar donde ir a entrenar, no importando nada más.
Tampoco se encuentra en los chicos, o mismo en los padres, ese espíritu, de enseñarles a organizarse y a cumplir con las obligaciones escolares, los niños y jóvenes que realizan deportes de alto rendimiento, dejan relegado lo educativo, llevándose materias, repitiendo y hasta algunos dejan la escuela, para poder entrenar más horas.


“El psicopedagogo podría realizar diagnósticos con el fin de obtener una mirada holística de la persona. De esta manera aportaría información relevante para las adaptaciones de las actividades y además podría investigar sobre las diferentes patologías para poder promover el trabajo dentro del ámbito deportivo de la manera más correcta, precisa y objetiva para contribuir con la formación íntegra de la persona”...
“Podría desempeñarse como psicopedagogo institucional, encargándose de las relaciones entre los miembros de las organizaciones facilitando la comunicación, realizando capacitaciones para entrenadores que puedan promover en forma paralela el rendimiento deportivo y la formación de la persona como ser humano. Podría dar orientaciones que permitan trabajar la capacidad de autoconcepto de los actores del deporte, la confianza en sí mismos, el respeto por su cuerpo y por tanto el de los otros”...


Como deportista muchos llegamos a un momento dónde nos estancamos, hagamos lo que hagamos, las cosas no salen, y ahí empiezan las frustraciones.
Pero lo que habría que enseñarles tanto a deportistas, como técnicos, es que el deporte es un aprendizaje, y como todo aprendizaje, acarrea dificultades, ya sea por problemas físicos (falta de resistencia, fuerza, cansancio), por problemas anímicos que no permiten que uno este concentrado al 100% en la actividad y también por problemas de incompatibilidad de métodos de enseñanza.
La mayoría de los técnicos deportivos, tienen su propio método de enseñanza, el problema es que se intenta aplicar a todos los deportistas este mismo, y cada persona tiene su propia manera de aprender; lo que sirve para una, no tiene porque servir también para las demás, y acá es cuando aparecen las clásicas frases como por ejemplo: “Yo se lo digo 20 veces pero no lo entiende”.
Sería un enorme desafío, para los Psicopedagogos poder trabajar todos estos temas con los profesores, pero como decía al comenzar, es muy difícil ingresar a trabajar en este ámbito, porque sería una tarea muy ardua convencer a la gente que viene años y años trabajando de una forma que para ellos es la mejor, que lo ideal sería pensar en cada alumno como un ser individual, que necesita de una planificación y una metodología particular.


“El psicopedagogo en la organización deportiva también puede cumplir la función de prevenir, sostener y acompañar a niños, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores. Es decir, actuar conformando entramados sociales que funcionen como redes que resguarden la integridad de todas y cada una de las personas. Otra tarea a realizar sería fortalecer los vínculos promoviendo la comunicación y en caso de conflictos actuar como mediador entre las partes, teniendo una mirada global de las generalidades que hacen a las organizaciones deportivas”...

Sería muy útil, en los tiempos que corren, que las instituciones deportivas contaran con profesionales, que no sólo ayudaran a sus deportistas a superarse en su actividad, sino también que los orientaran en temas de prevención (drogadicción, enfermedades, sexualidad, alcoholismo), orientación vocacional, inserción al mundo del trabajo, etc., pero para esto los clubes que no cuentan con grandes ingresos, deberían recibir ayuda por parte del gobierno o municipalidad, que pudiera solventar la actividad de los profesionales; y en los clubes de grandes ingresos, debería fomentarse un cambio de mentalidad, donde hubiera mayor preocupación por las personas y no tanto por lo que cotizan con su talento.