lunes, 17 de mayo de 2010

Amores que Ahogan



Fuente imagenhttp://www.nisimazine.eu/Dogtooth.html

Unas noches atrás haciendo zapping, me encontré con una película que a simple vista parecía muy extraña, pero a medida que iba avanzando la trama, el contenido se hacia por demás interesante.
 

La película es griega y se llama Dogtooth (“Colmillos”) es de Yorgos Lanthimos. Trata de unos padres que recluyen a sus hijos en su casa, sin tener contacto con el mundo exterior. Esta reclusión la sostienen sobre determinadas creencias y engaños, como es por ejemplo el hecho de que solo van a poder salir, cuando se les caigan los colmillos y les vuelvan a crecer, o cambiándoles los nombres a los objetos, o haciéndoles creer que los aviones que pasan por arriba de la casa son de juguete.
 

La única persona ajena a la familia, que ingresa en la casa es la guardia de seguridad de la fábrica del padre, que su función es saciar las necesidades sexuales del hijo varón, pero cuando esta “contamina” a una de las hijas mujeres mostrándole películas, los padres toman la decisión de que es mejor el incesto, que seguir arriesgando el “equilibrio” de su hogar.

Es increíble como los padres buscando el bienestar de sus hijos, terminan forjándoles una vida y un futuro peor, haciendo que vivan engañados, pasando por situaciones aberrantes como es el incesto y no permitiéndoles un desarrollo social y una vida en libertad.

Esta película también me trajo a la memoria un caso real, que salió en los noticieros y diarios, por supuesto, no tan terrible como lo que cuenta el film, pero sí, otro ejemplo de como a veces los padres piensan que están ayudando y protegiendo y en verdad están haciendo daño.

“La abuela, el abuelo y la madre de un niño italiano han sido condenados a dos y tres años de cárcel por su amor obsesivo hacia el menor, según publica el rotativo La Stampa.
 

El niño, que ahora tiene 13 años y es definido por sus profesores como "muy inteligente", no sabía caminar con siete años, ni siquiera bajar unas escaleras.
 

De hecho, el excesivo amor de su progenitora (que le llevaba a mantenerle en brazos para que no sufriera ningún daño) le ha causado secuelas físicas ya que el ahora adolescente camina con dificultad.
 

El joven nunca ha practicado deporte, ni ha salido al campo con sus amigos, no es capaz de comer nada que no haya cocinado su madre ni siquiera puede ir al baño si no es acompañado por alguien de su familia. Él lo tiene claro, nadie le va a querer más que ellos.
 

Fue el padre el que, preocupado por el amor obsesivo que su ex mujer profería hacia su hijo, denunció los hechos que ahora han sido calificados como "malos tratos" por el tribunal de la localidad italiana de Ferrara.” Fuente: noticias.terra.es

Asistimos en estos casos a niños que se encuentran con un Otro, que “aporta todo”, donde no hay una falta que genere un Deseo.
 

El Otro es el dueño de la verdad y entonces se cumple con todos los requerimientos y caprichos que este exige.

En lugar de ser Sujetos de su propio Deseo, son Objetos de Deseo de sus padres.

Me da esperanzas en el caso de el chico Italiano, el hecho de que hay un padre que denuncia, y que busca un “corte” con ese estilo de vida en el cual estaba inserto su hijo; y también es un rasgo saludable que las maestras lo cataloguen de “inteligente”, porque es un indicio, de que más allá de sus problemas de desenvolvimiento social y de falta de autonomía, hay un interés en el estudio, lo que esbozaría una existencia de deseo, de curiosidad de aprender cosas que están fuera de su realidad familiar.


Es importante destacar, que ningún extremo es “bueno”, el dejar a los chicos sin contención, sin mostrar interés en lo que les pasa, sin demostrarles cuanto nos importan está mal, pero el obligarlos a ser una extensión nuestra, sin permitirles tener experiencias propias, ni ayudarlos a obtener autonomía, ni contacto con el mundo exterior es igual de nocivo, porque lo único que logramos es ahogar su propio Deseo.

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