lunes, 12 de abril de 2010

Los Jóvenes y la falta de Oportunidades



Leyendo en Internet me encontré con esta nota del Diario Clarín del 13 de marzo de 2010:

Jóvenes, educados y sin empleo.

Por: Jean Maninat
Fuente: DIRECTOR REGIONAL DE LA OIT PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE

“Hay 7 millones de jóvenes entre 15 y 24 años que no logran ocuparse en los mercados laborales de América Latina. Entre quienes no consiguen trabajo cunde el desaliento, y aquellos que sí cuentan con un empleo, en general lo ejercen en condiciones de informalidad, sin protección ni perspectivas.

Estamos ante una paradoja: estos jóvenes forman parte de la generación más educada que hayamos tenido, un buen porcentaje de ellos ha ido a la universidad y tienen lógicas expectativas sobre su futuro en el mundo del trabajo.

El empleo de los jóvenes es un desafío político, porque cuando esas expectativas se traducen en desaliento y frustración, se hace más difícil la estabilidad de nuestras sociedades. Imaginemos un joven que vota en situación de desempleado y que años después sigue aún sin conseguir trabajo. ¿Cómo afecta esto su vinculación con la democracia?

Por si fuera poco, los jóvenes han sido el grupo más golpeado por la crisis del empleo del año pasado. Indicadores recopilados por la OIT revelan que en 2009 su tasa de desempleo aumentó más que la de los adultos, mientras disminuyó su participación en los mercados laborales, lo que se atribuye en gran parte al desaliento. Se estima que más de 600.000 jóvenes engrosaron las filas del desempleo a causa de la crisis.

En América Latina y el Caribe hay 104 millones de jóvenes que enfrentan el siguiente panorama: 34% sólo estudia; 33% sólo trabaja; 13% estudia y trabaja y 20%, no estudia ni trabaja. Se sabe que la tasa de desempleo de los jóvenes duplica la tasa general y triplica la de los adultos, una realidad global que trasciende el espacio latinoamericano.

Es práctica habitual que sean los primeros en perder su empleo en tiempos de crisis, y los últimos en volver a trabajar cuando llega la recuperación. Sin contar que son considerados mano de obra barata, y esto suele sumirlos en condiciones laborales precarias.

Por todo esto urge colocar los planes de promoción del trabajo decente para los jóvenes como parte integral de las políticas públicas.”



Esta nota, me llega muy de cerca, soy parte del grupo de jóvenes, que tenemos alrededor de 26 años, y que nos hemos dedicado a terminar nuestra carrera, con la ilusión que al tener el título en mano, nos fuera más fácil acceder al mundo del trabajo.

Pero en lugar de eso, nos topamos con una realidad, que nos desmoraliza y nos frustra día a día. Por mi parte no tengo exigencias de sueldos altos, sino tan sólo busco acceder al sistema, pero cada vez encuentro más avisos que me excluyen, no sólo se buscan jóvenes de 20 a 23 años, sino que también se pide que tengan más de dos años de experiencia, que residan en una determinada zona y para peor últimamente muchos aparecen con leyendas como: sexo masculino excluyente.

Es deprimente, no sólo no tener trabajo, sino él ni siquiera llegar a una entrevista, porque ya el aviso, te está indicando que no sos lo que buscan.

Mi pregunta es: ¿Cómo voy a tener experiencia, si no me dan la oportunidad de empezar a obtenerla?

Sería interesante que tuvieran en cuenta, las ganas que uno demuestra por ingresar, por aprender, por superarse y por aplicar todos esos conocimientos que obtuvimos en la Universidad y que seguimos adquiriendo en los diferentes Posgrados, Especializaciones y Cursos, que hacemos para seguir creciendo en nuestra profesión y con la esperanza de que suene por fin nuestro teléfono o entre un e-mail en nuestra casilla dándonos la buena noticia, de que somos requeridos para el puesto que nos postulamos.

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